Un barco, un auto y un tren: el delito en tres relatos nicaragüenses

El curioso y perseverante Maynor Cruz nos ofrece un acercamiento al marginado género noir de la tradición narrativa nicaragüense. 

La calle, por Berman Bans

Poco ha sido el estudio que se ha realizado sobre el relato criminal y policíaco nicaragüense*, un terreno fértil para las investigaciones, y es que de una y otra forma el crimen es parte de muchas colecciones de cuentos, ya sea porque ocurre un asesinato, un hurto, un robo, violaciones, entre otros, en el presente ensayo abordaremos tres cuentos que tienen como temática el robo  y el asesinato: La Sombra Blanca (1942) de María Teresa Sánchez, Ciudad encinta (1975)  de Lizandro Chávez Alfaro y Oriente Express (2024) de Gloria Elena Espinoza.

Antes de entrar en el análisis de los textos, cabe aclarar que el cuento criminal es distinto del cuento policial, en el primero alguien comete un crimen y puede que no pague con cárcel o la muerte por ello, en el segundo ocurre una investigación y dan con el paradero del o los culpables. Sí, el cuento policial también es parte de los criminales, por lo que algunos críticos incluyen a los segundos dentro de la categoría de los primeros. 

Si segmentáramos los cuentos en estudio podría decirse que La Sombra Blanca y Oriente Expres serían policiales, y Ciudad encinta sería criminal. Para adentrarnos un poco comenzamos el análisis de cada uno. 

La Sombra Blanca (1942)* de María Teresa Sánchez es un cuento narrado en primera persona, la protagonista cuenta su regreso en barco a Nicaragua luego de cinco años de ausencia, y mientras este arriba a su puerto ella conoce a un hombre misterioso.  

De pronto, sentí cerca de mí los pasos de alguien que me detuvo. (p. 166).

La protagonista conoce a este sujeto, a quien después de presentarse con ella y tener una amena plática le acepta la invitación de ir al bar del barco.  

A invitación suya fuimos al bar, allí pedimos whisky y mientras tomábamos licor me habló de sus viajes: me contó que iba como ingeniero en una compañía americana.  (p.166).

Mientras la protagonista conversa con el desconocido, a quien después acompaña a cubierta pues el encanto al conversar la tiene hipnotizada. 

Antes de dejarla en su camarote, el desconocido le entrega un obsequio dentro de un sobre, la sorpresa para ella es que al abrirlo descubre que son unas joyas preciosas 

A la mañana siguiente llegan a puerto y ella lo espera a que baje, pero su sorpresa en mayor cuando ve que viene escoltado por unos detectives. 

Entregué al oficial de aduanas mi pasaporte y, mientras el oficial lo revisaba, vi que del barco salían unos detectives conduciendo entre ellos al esposado, al mago de los diamantes, al viajero misterioso. (p.168).

Ella intenta ir a su encuentro pero él, con un movimiento, le pidió que no se acercara, en ese instante comprendió todo: las joyas que le regaló eran robadas, y él era uno de los más hábiles ladrones.

¿Pero qué hará ella con el obsequio recibido por este personaje?

En el segundo cuento, Ciudad encinta, tomado del libro Trece veces nunca*, Lizandro Chávez Alfaro, con un narrador omnisciente nos adentramos a la vida y muerte genital de Lucas, un mecánico que es convencido por el doctor Barquero para que se haga una vasectomía porque la prole que tiene en casa es de siete hijos a sus escasos treinta años. 

La cosa es por encimita, Lucas, le dijo cuando ya lo tenía con anestesia local, consejos y destrezas quirúrgicas, tan largo como estaba ahora, bocarriba, detenido en la inútil observación de hierros sujetos a otros hierros. Vas a ver qué linda vida, Lucas.  (pp.17-18).

La operación ha salido mal y el mecánico ha perdido su virilidad, lo que lo hace meditar sobre la venganza por lo que encuentra el momento adecuado cuando el doctor vuelve a visitar su taller y le pide: 

Derramando el amable palabrerío de siempre, ordenó la previsora revisión de su automóvil, en vísperas de un viaje. Lucas sonrió agradecido, cuando ya sabía qué piezas tocar, ya imaginaba por qué lado de la carretera llegaría la aniquilación de su aniquilador. (p.23).

 La venganza ha sido consumada. 

Por otro lado, Gloria Elena Espinoza en su nuevo libro de relatos, Los pasos de las sombras (2024),  inicia su colección el cuento Orient-Express* el que está narrado de forma cinematográfica, con escenas que se superponen para darnos historias paralelas de los protagonistas quienes en su mayoría se encuentran dentro del tren, entre ellos están a la protagonista principal, una nicaragüense quien visita a su hermano en Stuttgart y luego de unos días decide visitar Viena en el tren que pasa por la ciudad

Los altavoces anuncian que el Orient-Express va a partir. Su hermano le da las últimas recomendaciones. (p.16). 

Luego está un reportero que está huyendo de la policía y unos asesinos que lo acechan desde que publicó unas fotos donde ellos matan a una anciana, mismos que después deciden matar al nieto de ella. 

Escribió  una carta  a su familia en donde explicaba la causa de su viaje y señalaba su regreso cuando se hubieran resuelto los asesinatos […] (p.21)

El siguiente personaje es Elmer, un traductor solitario de costumbres muy marcadas, a quien le suceden una serie de acontecimientos menores que afectan la exactitud de sus actividades cotidianas y por culpa de ellos ha decidido suicidarse lanzándose a las vías del tren.

La noche del lunes de la siguiente semana no pudo más y fue a la pequeña estación cercana a los apartamentos donde vivía, y en cuanto miró llegar al Orient-Express, se tiró a los rieles […]  (p.24)

Y de último están los asesinos, quien ha dado con el reportero.

Son altos, corpulentos. El renco es ceñudo y con mirada oscura, penetrante. El otro, huidizo, tiene los ojos azules y pequeños. (p.25).

La protagonista ha llegado a Viena luego de dos horas de retraso, ahí la espera Karina, la hermana de su cuñada, quien le explica lo sucedido con el reportero y con Elmer.

Primero creyeron que se trataba de un suicidio, después supieron que fue asesinado con arma blanca. El otro hombre se tiró a los rieles del tren antes de que frenara. (p. 26)

Existe un dato en este cuento similar a La sombra blanca, primero, porque en ambos las protagonistas son mujeres y segundo, el final cuando atrapan a los asesinos. Las imágenes son parecidas, en el de María Teresa Sánchez son detectives quienes traen esposados al ladrón y en este cuento, Espinoza los ubica dentro de la patrulla.

Desde donde está puede ver que sus vecinos del tren son esposados y montados en la patrulla. (p.26). 

Cuatro sujetos han cometidos delitos distintos: un robo de joyas, un asesinato de un doctor y dos asesinos acabando con un reportero. Un barco, un auto y un tren como escenarios, sólo uno de ellos no será atrapado.


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* Existe un estudio de la doctora Doris Wieser pero se enmarca en novela criminal nicaragüense: Masculinidad y violencia de género en la novela negrocriminal nicaragüense, en los que analiza La muerte de Acuario, Managua: Salsa city y El cielo llora por mí. 

* El texto pertenece al libro Obra escogida, publicado en el 2014, por lo que todas las citas que se mencionen serán tomadas de este libro.

* El texto pertenece al libro Trece veces nunca, por  lo que todas las notas refieren serán tomadas de este libro.

* Todas las notas serán tomadas de esta primera edición.