Ganador del Premio de Poesía Joven «Leonel Rugama 2016»

Selección del autor de Cadencias, conjunto vencedor entre más de 50 trabajos presentados al certamen convocado anualmente por el Instituto Nicaragüense de Cultura.
Por Albert Gonzalez Farran para United Nations Photo.

Foresto

 
Mientes cuando dices
que el solitario no conoce su soledad:
El mundo lo acompaña.
Francisco Ruiz Udiel
 
Daniel
Arrastra cadáveres
Acechan moscas sobre sus ojos.
Un éxodo de oscuras golondrinas
Se posa en su ventana
Y el sol no puede ver
La cuerda que baila en el techo.
… Ĝis revido.
 
 

Profecía

 
Vi a la muerte arrullando  niños
Vi el mundo engullido por pantallas
Vi un reloj, calles y máquinas corroídas,
Un muro devastó mi frente y se filtró la luz.
 
Separé los ídolos de los mortales.
Sofoqué las guerras con una fogata
Pactaban en derredor pájaros y serpientes
A la luz de la llama renacida.
 
Luego vi catedrales invertidas, puentes de agua, ciudades llenas de gatos.
No más altas cúpulas
No más vértigo
No más pisadas sonoras
No más estatuas.
Las bestias y las bestias hombres
Se verán como iguales
De cenizas y lodo han nacido
Una túnica de agua será su sepulcro.
 


Cadencias

Y de pronto un disparo destroza esa cadencia.
Daniel Rodríguez Moya
 
El día que nací
Pensó en un nombre
Para mi lápida.
El día que nací
Ella compró un estante
Donde exhibir mis medallas,
Cavó una pequeña fosa
Para ocultar los cadáveres
De los pájaros que mataría.

II

El día que naciste
Yo era una herida creciente
En ojos, corazones
Y fotografías que han tornado a sepia.
El día que naciste
Mi hermano se emborrachaba
y nuestros padres
Ya se aburrían de nuestras madres.

III

Un día encontré en tus labios
El detalle del que hablaba Cortés.
Los días son hojas
Que cortan las venas del río
Fermentan el espíritu
Fanfarronean méritos y
E         x          t          i           e          n        d          e          n
El arrepentimiento.
 

Cenizas fatuas
 
Ya viene el cortejo de estrellas y lunas,
Nocturna ventura para nuestros juegos.
Gerardo Diego.

Los suspiros avivan la hoguera
Despojados de antifaces
En la sonrisa de piélago,
Carne que embriaga el espíritu
Acto caníbal, perpetuo fundido incandescente.
Mi alma derramándose en tu carne extendida
Encharcás la noche, la aurora se abre
El ariete dragando
Susurro melifluico de tu lascivia
Cuando se vierte el universo.
 
 

Insomnio

 
Eco de sentencias imberbes
He aquí el coctel de remordimientos
Un cáliz autocompasivo,
Después de perfidias
Después de la bondad
Antes de ser arrastrado por lo amorfo.
Ojos, mouse, embargos, ojivas, violines, coito, Kalash
He aquí el festín diarreico para el desahuciado.